Hoy en día no cabe duda del beneficio que nos ofrece la famosa
nube o cloud computing, tanto a personas como a instituciones. La
comodidad de tener un correo electrónico sin necesidad de
mantenimiento y además en cualquier dispositivo y de manera
"gratuita" es innegable. El correo electrónico es la
herramienta más usada por todos nosotros, pero no la única; no
olvidemos sistemas de almacenamiento online, editores de documentos
que nos permiten compartirlos con control de cambios, presentaciones
online y un largo etcétera.
Y he dicho gratuito entre comillas ya que la mayoría de estos
servicios, los poco complejos son los más usados, son ofrecidos por
las empresas en dos categorías: una versión gratuita y una de pago.
Versiones normalmente diferenciadas por su uso (personal vs
empresarial) o por que la versión gratuita esté limitada de alguna
forma en comparación con la de pago (velocidad o capacidad) o
simplemente porque la gratuita tenga publicidad.
Aún así estos servicios, aún cuando no conllevan un desembolso
por nuestra parte, siempre llevan un coste asociado: nuestra
información privada. Ésta se vende de una a otra empresa con
nuestro consentimiento (“acepto términos y condiciones de
uso...”). Para muchos este coste no es tal, para otros sí, pero
aquí no acaban las razones para plantearnos el uso de servicios en
la nube.
Normalmente nos sentimos vendidos frente al uso de estos
servicios, ya que pensamos que no tenemos otra opción. Sin embargo
ésto no es así, hoy en día es muy sencillo y barato
independizarnos de estas empresas, al menos en un gran porcentaje.
¿Sencillo y barato? Como todo, depende de lo bien que lo queramos
hacer; podemos instalarnos un servidor ftp para usarlo como disco
duro online personal, podemos usarlo para compartir archivos entre
nuestros amigos y conocidos, podemos tener nuestro propio correo
electrónico y además cifrarlo y manejarlo con software libre
protegiendo nuestra información, podemos ejecutar aplicaciones
online, acceder a nuestro escritorio de manera remota mediante una
aplicación externa sin tener que programar nosotros nada o incluso
hacerlo creando una red VPN nosotros mismos.
Nadie duda de que el servicio que te puede ofrecer una empresa
siempre será mejor que el que tú puedas ofrecerte: la seguridad que
puedes conseguir con un servidor y una conexión estándar a Internet
no tiene nada que ver con la que puede ofrecerte cualquier empresa de
servicios online, e incluso si lo pensamos un simple corte de luz en
tu casa te podría dejar sin correo electrónico si somos demasiado
puristas.
Sin embargo tenemos que darnos cuenta de que muchas veces nos
estamos poniendo de manera inconsciente en manos de grandes empresas,
dependiendo de ellas a grandes niveles.
¿Tú que opinas?